no dejaria de cantar...
"¡Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!"
Neruda
Los monzones son lluvias verticales, de gotas grandes y de duraci'on
infinita. Las lluvias que hoy bannaban nuestro asombro frente a la
belleza e imponencia de los templos y jardines de la ciudad
proh'ibida, nos mostraban como la tenacidad del pueblo chino se hab'ia
forjado al temple de su clima y la bondad de su tierra.
La comida y su gente resultan bastante familiares, un delicioso saz'on
y la sonrisa permanente (a pesar de las adversidad) me hac'ian sentir
como un paisano m'as en esta lejana tierra, cuna del sol, donde sus
rayos tinnen la piel de amarillo y su luz rasga los ojos de sus
gentes.
Despu'es de una dif'icil traves'ia lingui'stica y cultural logramos
comprar los tiquetes de tren y el tour a la muralla china. Extenuados
por todo el esfuerzo que esto implic'o, subimos al segundo piso de la
estaci'on central del tren para almorzar en una plaza de comidas
bastante popular. Los chinos nos miraban como marcianos... por alguna
raz'on les parecemos extrannos a pesar de estar en una ciudad
supremamente cosmopolita. Un chino nos dijo que le gustaba como
hablabamos, que parec'iamos cantando. Otro nos pregunt'o que por qu'e
com'iamos con ellos... bueno la verdad es que en los lugares que hemos
frecuentado casi nunca hay un turista... lo cu'al me dice que vamos bien!
Para no quitarles m'as tiempo les env'io algunas im'agenes de lo que
ha ocurrido hasta ahora en nuestro primer d'ia de viaje.
con los ojos rasgados de tanto carinno,
felipe.
no dejaría de cantar!"
Neruda
Los monzones son lluvias verticales, de gotas grandes y de duraci'on
infinita. Las lluvias que hoy bannaban nuestro asombro frente a la
belleza e imponencia de los templos y jardines de la ciudad
proh'ibida, nos mostraban como la tenacidad del pueblo chino se hab'ia
forjado al temple de su clima y la bondad de su tierra.
La comida y su gente resultan bastante familiares, un delicioso saz'on
y la sonrisa permanente (a pesar de las adversidad) me hac'ian sentir
como un paisano m'as en esta lejana tierra, cuna del sol, donde sus
rayos tinnen la piel de amarillo y su luz rasga los ojos de sus
gentes.
Despu'es de una dif'icil traves'ia lingui'stica y cultural logramos
comprar los tiquetes de tren y el tour a la muralla china. Extenuados
por todo el esfuerzo que esto implic'o, subimos al segundo piso de la
estaci'on central del tren para almorzar en una plaza de comidas
bastante popular. Los chinos nos miraban como marcianos... por alguna
raz'on les parecemos extrannos a pesar de estar en una ciudad
supremamente cosmopolita. Un chino nos dijo que le gustaba como
hablabamos, que parec'iamos cantando. Otro nos pregunt'o que por qu'e
com'iamos con ellos... bueno la verdad es que en los lugares que hemos
frecuentado casi nunca hay un turista... lo cu'al me dice que vamos bien!
Para no quitarles m'as tiempo les env'io algunas im'agenes de lo que
ha ocurrido hasta ahora en nuestro primer d'ia de viaje.
con los ojos rasgados de tanto carinno,
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