Una nueva habitante
"Sí alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es importante?"
El Principito - Antoine Saint Exupéry
Hoy 8 de Marzo de 2008, cuando fui a buscar un regalo para la mamá de Flavia, encontré en una parada de bus una planta dentro de una bolsa plástica del mercadona. Era una de estas plantas que tienen la mala suerte de tornarse rojas y verdes justo en temporada de navidad.
Al parecer su dueño había prescindido de ella ahora que el invierno ha terminado y la puso junto al paradero de buses, sedienta y abandonada al frío viento de marzo. Debo admitir ahora que esta es una planta fea y desdichada; y que pasé junto a ella sin mayor reparo. No voy a adularme diciendo que soy un defensor de los derechos de las plantas o un romántico ambientalista. Lo que me movió a recogerla fue la camaradería que sentí de su parte al encontrarla lejos de lo suyo. Al igual que ella, yo soy un huérfano circunstancial, ambos estamos lejos de nuestro hábitat debido a las razones que rigen al mundo.
Así que la tomé y la traje a mi piso, le puse un poco de agua y ahora descansa en el balcón de mi habitación. Mi gran preocupación ahora es cómo voy a hacer cuando viaje a Sao Paulo. ¿Habrá algún amigo que cuide de ella? ¿ó tendré que ingeniar algún dispositivo automático de riego?
Ya les contaré cómo avanza la salud de mi nueva compañera de piso.
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